LA SABIDURÍA DE LA MATERIA

 
                                       

                                     

                               LOS ÁTOMOS Y LA LUZ, DOS ENAMORADOS

  Un centenar de piezas, los átomos de la table periódica, y su compañera, la luz, bailan como enamorados cuando sienten la música de nuestra esencia … interpretan la Danza de la Vida.






  
   
   
TAN PEQUEÑOS Y TAN GRANDES, NUESTRO CUERPO LA TIERRA ENTERA …

   Mediante la comida y la respiración vamos cambiando constantemente los átomos de nuestro cuerpo, uno de ellos puede estar hoy en nuestra nariz y mañana formar parte de las alas de una majestuosa águila … es la danza de los átomos. Desde esta perspectiva material, nuestro cuerpo no se limita al que vemos en un espejo, sino que es toda la Tierra. Esta evidencia científica ha permanecido invisible a nuestros ojos debido al materialismo, que ha desprovisto de esencia a la mismísima materia.
    Una mirada profunda a la materia nos conduce inevitablemente a nuestra propia esencia,  más allá de los átomos que temporalmente habitamos. La biología puede nutrirse de esta mirada y sorprederse a sí misma encarnando la vida que tanto anhela comprender.
           
         
           
        
                           
      LA MATERIA DESVELA LO QUE EL MATERIALISMO HA OCULTADO

      Aunque vistamos ropas muy diferentes, pertenezcamos a clases sociales muy distanciadas, tengamos creencias opuestas, caracteres diametralmente distintos …  no podemos evitar respirar el mismo aire y formar nuestros cuerpos con los mismos átomos.
      El materialismo nos ha alejado de la sabiduría de la materia: la física atómica y la nutrición evidencian que todos utilizamos los mismos átomos y que además los intercambiamos constantemente entre sí, siendo la prueba más evidente que desde el punto de vista de la materia todos somos uno. Por si esto no fuera poco, el hecho de que la geometría de nuestro cuerpo se conserve a pesar de que constantemente cambiamos nuestros átomos a través de la alimentación, la respiración, la sudoración, la defecación y la orina, pone de manifiesto que lo que llamamos cuerpo no es en sí mismo algo físico, sino una serie de parámetros que ordenan nuestros átomos; el día que nuestra medicina mire en esta dirección, dejando de lado los límites del materialismo, experimentará todo un salto cuántico.
     Esta mirada no es sólo algo meramente científico, sino también una puerta a dar una nueva dimensión a nuestras vidas cotidianas. Si la mantenemos presente todos los días, comprobaremos como lo cotidiano se va convirtiendo, poco a poco, en algo fresco y sorprendente.
   La próxima vez que veamos, por ejemplo, a una persona muy diferente en sus costumbres a nosotros, ya no la percibiremos como alguien ajena, distante, pues sentiremos que respiramos el mismo aire y que, si estamos lo suficientemente cerca, puede que incluso algunos de sus átomos pasen a formar parte de nosotros y viceversa. Cuando estemos contemplando una flor… podemos preguntarnos si tal vez hayamos alojado en nuestro pasado a alguno de los átomos que ahora la visten de belleza. Te invito a seguir explorando tu vida desde esta mirada, seguro que te sorprendes …  

  
    
   
                   

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