EL CAMINO DE LA SINCRONICIDAD



       Hay dos caminos bien distintos para alcanzar lo que deseamos, para uno fuimos educados, para el otro no, en este último en vez partir de lo conocido hemos de hacerlo de nuestra intuición.
       El primero es el del guerrero en la dualidad, que lucha contra enemigos fuera y dentro de él y que, en el fondo, busca por medio de la fuerza reconocer un poder que siempre ha tenido.
       El segundo es el camino de la sincronicidad basado en el principio de que primero reconoces tu propio poder buscando la coherencia entre lo que sientes, lo que piensas y lo que haces, comprendiendo que si no luchamos, en el sentido de dividir nuestras fuerzas, contra nadie ni contra nada no hay ninguna razón para que no consigamos lo que anhelamos: nuestro andar crea su propio camino, favorecido por las sincronías, y la aventura consiste en sorprendernos en cómo éstas nos van a favorecer.

Lo que sentimos, lo que pensamos y lo que hacemos  en vez de luchar entre sí forman  un equipo, caminan en armonía, y nuestro andar se torna sutil danza , tanto que parece que volemos ...

       Querido lector, ¿qué te parece empezar a ver la vida desde el camino de la sincronicidad ... ? ¿Difícil ...? Eso es porque no estás comenzando por reconocer tu propio poder, por alinear tus fuerzas en vez de dividirlas. El juicio sobre ti y sobre los demás impiden esta alineación, es el juego de la dualidad que te mantiene fragmentado ¿Qué tal si hoy en vez remar contra corriente te decides a unir tu poder, es decir, a hacer que la corriente siga tu rumbo ... ? Examina hoy algunos de esos problemas, que siempre has intentado resolver desde el guerrero, bajo la perspectiva del camino de la sincronicidad, sin contrincantes no hay lucha. Ya me contarás ...
  



COCINERO DE LA VIDA

  

    Hemos sido educados para sentir felicidad en función de lo que nos ocurra: es la felicidad condicionada. Pero ... ¿ y si resulta que la felicidad es un ingrediente que nosotros hemos de poner a la vida ....? Tal vez la vida está esperando nuestro ingrediente para mostrarse sabrosa ante nosotros.
     Hemos visto la vida como un plato que nos sirven, ¿qué te parece, querido lector, empezar a sentirte "cocinero" .... buscar en tu interior las recetas personales que nadie más conoce ...? ¡Ahh ... el placer será doble: comensal y cocinero! También cocinaremos para los demás, buscando para cada uno los ingredientes adecuados.


     ¿Cómo comenzar ...? No, no es necesario ir a ningún curso de cocina ¿Qué te parece ir a tu despensa, tomar el tarro de la felicidad y empezar a especiar con ella todo lo que acontezca. Ten en cuenta que esta "especie" tiene el don de cambiar su sabor y aroma para así armonizar con todo, cuando la espolvoreamos es como el arcoíris que sienta bien a cualquier paisaje. ¡Ahh, no te preocupes por quedarte sin existencias, el bote que la contiene siempre está lleno, forma parte de su magia, es decir de la tuya ... ¡Pruébalo, funciona ...! ¡ Fácil, sencillo! Ya me contarás ... ¡cocinero de la vida!



EL PODER DE LAS PALABRAS AUTÉNTICAS



  Las palabras pueden ser como flores verdaderas que con su belleza, color y aroma anuncian frutos venideros, o como flores de plástico, que por bien hechas que estén no van a producir fruto.
    Las palabras auténticas son las que nacen de nuestra esencia, las que llevan el perfume de nuestro corazón y que anuncian al otro el fruto de nuestra presencia. Con ellas no sólo se puede crear poesía, sino también ciencia y relaciones profundas, cuando las empleamos alimentan nuestra existencia, nuestro propio cuerpo, nos dan salud y llenan de vida nuestro entorno.


    Cuando hablamos con palabras auténticas las personas sienten que se abre espacio ante ellas, como cuando inspiramos en lo alto de una cumbre y sentimos que el aire nos penetra hasta lo más hondo, a la vez  que nuestra mirada se expande a la par de nuestros pulmones. Cuando entregamos palabras auténticas  sentimos estar ante un despejado horizonte marino, que a falta de obstáculos ante nosotros se vuelve un espejo en el que sentirnos. Son palabras que aumentan nuestra perspectiva, que abren nuestra mirada a nuevos mundos. Los que las escuchan tienen la sensación que también ellos son sus creadores, son palabras sin dueños, nacen libres, capaces de superar cualquier obstáculo: es el poder de las palabras auténticas.
    Hoy más que nunca el mundo necesita de palabras auténticas, que despejen nuestro horizonte de la neblina de mentiras y autoengaños. Necesitamos crear un nuevo mundo en el que podamos sentirnos auténticos, en el que no nos engañemos con premisas como que la competitividad es progreso. Un nuevo mundo en el que dejemos de ser inválidos a fuerza de invalidarnos con palabras falsas que nos alejan de nosotros mismos, de nuestro sentir.


  Querido lector, hoy tienes el poder de cambiar el mundo, sé valiente, atrévete a decir lo que sientes en tu esencia, habla desde el poder de las palabras auténticas, conviértete en un faro antiniebla, capaz de abrirte el camino que te conduzca hasta donde verdaderamente quieres llegar, y deja a un lado todas las escusas para no ofrecer al mundo tu mayor tesoro: ser tú mismo.

  
  

LA ALEGRÍA DE NUESTRO CORAZÓN: LA LUZ QUE ILUMINA NUESTROS SUEÑOS

     
   Los futuros que anhelamos, nuestros sueños, esperan ser iluminados por la alegría de nuestro corazón, sin su luz se tornan invisibles para nuestra mente, y podemos llegar a pensar que nosotros no tenemos sueños que entregar a la vida. Por eso, no vemos nuestra abundancia, nuestros tesoros, y vivimos desde los estados de necesidad de nuestro ego desempoderado.


    Querido lector, conectar con la alegría de tu corazón es la clave para acceder a determinados futuros posibles, la trampa es pensar que hasta que no consigamos determinadas cosas no podemos estar alegres, eso nos ata a nuestro victimismo y nos vuelve ciegos a nuestros sueños, que están en un horizonte que no podemos ver mientras miremos sólo el suelo de nuestros estados de necesidad, si no subimos nuestra mirada no podemos cambiar de rumbo.


    La nave de nuestros sueños es capaz de hacernos “llegar donde jamás ha llegado ningún otro”, pues nos conduce  justo al territorio en el que nacen y que sólo nos pertenece a nosotros, es nuestro propio espacio profundo a explorar, eso sí, las riquezas que en él encontremos son para entregarlas a la humanidad, esto precisamente es lo que nos convierte en auténticamente ricos, ya que dejamos de temer a la pobreza ante tal abundancia.
  Piensa en esto, y sobre todo siéntelo, mirando, o imaginando que lo haces, un paisaje despejado, que te invite a contemplar el horizonte, tu horizonte. Siéntete sin límites, otea tus sueños y empieza a caminar hacia ellos, en el camino encontrarás todo lo que necesitas, por la sencilla razón de que son tus sueños … y tu sabiduría ha previsto todo. Fácil, sencillo, ¿podría ser de otra manera ...?
  



EXPERIMENTAR DESDE LA INOCENCIA



    Hay un principio cuántico, tal vez el más popular, que dice que el observador irremediablemente influye sobre lo observado. Demos ahora un salto cuántico y tratemos de aplicar esto a nuestra vida cotidiana – algo totalmente intolerable desde el más puro academicismo-. Cada vez que  experimentamos algo lo influimos, seamos más atrevidos, lo cocreamos, nuestra mirada es clave en este proceso, si la tenemos condicionada por experiencias pasadas terminaremos cocreando cosas similares. Esto hace que si no lo remediamos nuestra vida vaya siendo cada vez más monótona, así se entiende que ciertos ancianos lleguen a tener la sensación de que han vivido mucho y que ya nada puede sorprenderles, cuando en realidad lo que ha pasado es que su mirada ha quedado en buena parte bloqueada por sus experiencias pasadas: es la experiencia como freno en lugar de cómo sabiduría.
    Esto no sólo ocurre en personas individuales, sino también en colectivos como los científicos, que a fuerza de “experiencia”, siempre en las mismas direcciones, terminan agotando su mirada, encareciendo y dificultando la investigación: es el cientifismo.  Un ejemplo de ello es la medicina occidental, que sin duda alguna se ha convertido en la más cara del mundo y que se va viendo obligada a clasificar como enfermos crónicos cada vez a mayor número de personas.

 

   Para evitar todo esto es necesario que aprendamos a emplear la sabiduría de la niñez en nuestra vida cotidiana, desde ella nuestra mirada recupera su frescura y también su capacidad de giro, de enfocar en varias direcciones. Gracias a ella cada experiencia nos descubre siempre algo nuevo, al científico le libra de convertirse en esclavo de su propia mirada y al anciano le hace sentirse vivo hasta el final de su camino.
   ¿Qué te parece, querido lector, aprender a experimentar desde la inocencia …? He de advertirte que si lo haces vas a dejar sin espacio a tu victimismo, pues cuando quiera recurrir a tus malas experiencias se va a encontrar con que le cambias la perspectiva, se va enfadar muchísimo, ya verás, ya verás …  Te preguntarás cómo puedes acceder a tu niño interior … tendrás que emplear la imaginación junto con el sentir. Una forma es recordar alguno de esos momentos en los que has jugado con un niño muy pequeño y has empezado a hacer “tonterías” , es decir, a dejar de comportarte como se supone que lo hace un adulto, para hacerlo tuviste que sacar a tu niño interior, al recordarlo le estarás invitando a que otra vez aparezca y podrás mirar durante unos instantes tu experiencia desde sus ojos, desde su sabiduría. Esos instantes de frescura bastarán para tener una nueva perspectiva, luego puedes volver al adulto, que disfrutará ya de un nuevo enfoque. Piensa en esas experiencias que se repiten en tu vida y no sabes cómo desbloquear, ¿qué pasaría si las ves desde la inocencia …?
  
  

COMO DESEMBARAZARNOS DEL JUICIO Y HACER ÚTILES NUESTRAS ALAS



     Para dejar de juzgar no basta con aprender a observarnos, ese es sólo el primer paso. La siguiente etapa es conseguir no juzgarnos por haber juzgado, para conseguir esto es necesario que nuestro "peso dramático" disminuya, debemos contemplar el juicio a nosotros mismos o a otra persona con sentido del humor: reírnos desde la inocencia, porque ésta tiene la llave a dejar de juzgarnos.


      Nuestro estado emocional nos ha de hacer sentir ligeros, como en aquella escena de Mary Poppins, en la que van a visitar al tío Albert y todos se contagian de su risa teniendo que merendar en el techo, convertidos en auténticas personas-globo, llenas del gas de la alegría y de la inocencia. Sólo desde esta “altura”- separados del suelo en el que nacen los dramas de la dualidad –podemos aprender a vivir sin la gravedad de los juicios que nos impide ser nosotros mismos.
      Vivir sin juzgar es nacer a una nueva vida, es darse a luz a sí mismo. La mirada gana en penetración, nos permite ver más allá de los estados de necesidad del ego, alcanza hasta reconocer nuestros sueños, esos que esperan que los realicemos, para convertirnos en ricos a nosotros y al mundo entero. Vivir sin juzgar es la promesa de una humanidad feliz, en la que todos pueden vivir según lo que sienten en su corazón.
     Ya ves, querido lector, lo importante que es perder alguno kilos de esa grasa dramática de la que nos hemos ido engordando para, así, tener la suficiente ligereza que hagan útiles esas alas con las que todos nacimos, las que nos permiten volar hacia nuestros sueños sacándonos de una vida de necesidades basada en los juicios, en la culpa, haciéndonos sentir los auténticos creadores de nuestra vida, ¡Venga, ensaya tu sonrisa … eso es … un poco más … observa la báscula de tu peso emocional como baja! Es fácil, sencillo … con el tiempo podrás merendar en las alturas como Mary Poppins, Bert, los niños y el tío Albert.  Ensaya un poco cada día, inicia la dieta de la sonrisa, sobre todo cuando te sorprendas juzgando, la culpa sólo puede actuar cuando tenemos sobrepeso. Siente tus alas, están esperando que adelgaces para poder servirte; hablo en serio, eso sí, desde la más amplia e inocente de las sonrisas …  ¡Feliz despegue!



EL JARDÍN MÁGICO DE TUS PENSAMIENTOS



     Pensar fragmenta, sentir unifica; por eso si iluminamos nuestro pensar con nuestro sentir podemos conseguir la belleza del arcoíris, que nos muestra muchos colores y a la vez nos hace sentir su unidad en nuestro corazón.A la luz de nuestro corazón cada pensamiento se abre al mundo como una hermosa flor, al final del día hemos así creado un bello jardín, en el que cada planta resalta las cualidades de las otras simplemente expresando su propio sentido. Alimentar nuestros pensamientos con la luz de nuestro sentir esencial les da armonía y convierte a nuestras acciones en algo mágico, porque rompen las normas de lo estándar y cobran vida propia: expresamos al mundo nuestra auténtica identidad.


   Para llegar a todo esto es necesario ir apartando de nuestros pensamientos la confusión que solemos tener entre emociones causadas por estados de necesidad de nuestro ego y las que provienen del sentir de nuestro corazón, que nacen libres de necesidad y por eso son hijas de la abundancia: es descubrir la presencia de nuestro sol interior y hacerle amanecer en nuestra vida, a la vez que ponemos bajo nuestro horizonte el sol de lo que la cultura, familia, amigos... espera de nosotros
      Querido lector, ¿qué te parece hacer salir tu propio sol e iluminar tus pensamientos de cada día con él para crear tu propio jardín, en el que cada pensamiento lleva tu aroma y se convierte en una flor única, que terminará dando lugar a acciones en las que tú mismo te puedas reconocer ...? Es el jardín mágico de tus pensamientos.